Formentera, el
Lejos del bullicio veraniego, Formentera sigue mostrando el azul turquesa de sus playas, la belleza y variedad de su legado medioambiental.
Tranquila, silenciosa y solitaria, ofrece al viajero 69 kilómetros de costa europea por descubrir y 82 kilómetros de extensión para perderse.
Explorar Formentera es bicicleta o recorrerla a pie, son dos alternativas imprescindibles para conocer los encantos de la isla y descubrir sus atractivos naturales. Hasta 20 rutas invitan a percibir lugares insólitos, caminar sobre restos de empedrado romano, admirar las tradicionales casas campesinas y disfrutar de la abundante vegetación de la isla.
Estos Caminos Verdes, que fluyen por toda la isla, conducen a rincones tan especiales como el Faro del Cap de Barbaria, un lugar paradisíaco desde donde se puede disfrutar una puesta de sol única y que transmite la soledad y libertad de un mar mediterráneo unido al horizonte.
Turismo ecológico
El azul de las aguas de Formentera, la belleza de sus acantilados y el contraste con sus playas de arenas blancas forman un paisaje ideal para los navegantes, que descubren en Punta de Pedrera cuevas semi submarinas que cobijan estos acantilados.
Actualmente existen más de 80 alojamientos situados en el entorno rural del territorio y que cumplen los requisitos de establecimientos turísticos. Éstos, suman unas 1000 plazas turísticas de las 7500 existentes en la isla, todas con las comodidades necesarias y con una capacidad máxima hasta de 12 personas.
Numerosas alternativas para descubrir todos los atractivos de la isla y compartir las mismas experiencias en un entorno que mantiene viva la belleza y esencia del Mediterráneo, donde es posible disfrutar de un ambiente de calma, de la naturaleza en estado puro y del paisaje de sus paradisiacas playas con las prestaciones y la seguridad de una destino occidental.